Básculas y pesos
Básculas y balanzas digitales, manuales y dinamómetros
Los instrumentos para pesar han evolucionado desde las balanzas de platillos y pesas hasta las básculas digitales de hoy en día que pueden tener el tamaño de una tarjeta de crédito o parecer cualquier objeto cotidiano como un ratón o un móvil.
Las balanzas analógicas pueden funcionar con platillos (india) en los que se colocan pesas hasta que estén equilibradas, o tener un gancho en el que se cuelga lo que se pese y un fiel marca el peso en una escala marcada en el metal (romana). Las de platillo pueden tener una gran precisión incluso en décimas aunque resultan aparatosas y lentas, mientras que las romanas son de bolsillo, muy económicas pero con un rango de gramos enteros y valor más orientativo que exacto.
Los dinamómetros son cilindros con un muelle en cuyo extremo hay un gancho para colgar el objeto y según el peso el muelle se estira marcando en la escala marcada el peso. Pueden pesar varios kilos y no medir décimas, o pueden pesar centésimas pero no superar los 10grs de máximo. Son bastante fiables y pueden calibrase manualmente.
Las básculas digitales se diferencian por el rango de pesado para el que están programadas y la precisión que deban ofrecer. Por ejemplo, un modelo puede pesar hasta dos kilos y mostrará la lectura de gramo en gramo se describirá como (1-2000grs) Según la precisión requerida existen balanzas capaces de pesar décimas de gramo (0,1grs) -las más usadas- e incluso centésimas (0,01grs) y milésimas (0,001grs) pero conforme aumenta la precisión desciende el límite de peso y aumenta la sensibilidad del mecanismo, por lo que solamente son recomendables para usos farmacéuticos donde es necesario medir en miligramos. La mayoría poseen un sistema de calibrado automático o manual para ajustarlas conforme se desajusten por golpes o uso. En los calibrados manuales son necesarias unas pesas del valor indicado por el fabricante (50, 100 o 200grs) para asegurarnos que la calibración es correcta.