Conservar y envasar, vacío, botes y cajas

Toda la información que necesitas para elegir mejor

Conservación y curado de la marihuana

Botes, bolsas de vacío, bolsas anti-olor, cajas de madera, humidores etc.

El curado –proceso después del secado durante el cual terminan de degradarse el sabor y olor de la materia vegetal mientras se estabiliza el contenido en humedad dejando el protagonismo a los aromas procedentes de la resina- y la conservación de los cogollos es la etapa final del cultivo. Para este fin lo ideal es un humidor (caja o mueble de madera noble sin barnices con humidificador e higrómetro incorporado destinados a la conservación de puros) ya que nos asegura las condiciones ideales sin prestar ningún olor ni sabor a los cogollos, aunque desgraciadamente resultan muy costosos.

Pueden usarse botes de cristal o pet –que tampoco prestarán olores- para realizar el curado, para ello los cogollos deben estar ya secos, introducirlos sueltos (no apretados) en los botes que se irán abriendo y cerrando diariamente hasta conseguir que la humedad se estabilice y la yerba ya no cambie su textura. Para su conservación ya sea a corto o largo plazo existen diversos métodos.

IMPORTANTE: Nunca envases tu cosecha en bolsas o botes cerrados para largo plazo hasta no estar seguro de que los cogollos están completamente secos y curados ya que podrían desarrollarse hongos en el interior arruinando por completo la cosecha.

Los botes de vacío llevan en la tapa una bomba de mano para extraer el aire del interior. Son bastante resistentes a los escapes de olor –aunque no son completamente estancos- y su uso es ideal para conservar pequeñas-medias cantidades –los más grandes suelen ser de 2L de capacidad- y conservación a corto plazo.

Las cajas de conservación (humidor) con higrómetro y humidificador –las hay con mallas de extracción de resina incorporadas- resultan ideales para las pequeñas cantidades que se consumen a corto-medio plazo.

Las bolsas anti-olor o de conservación suelen ser metalizadas y termo-sellables –se cierran pasando la plancha por el extremo- y se encuentran en diversos tamaños (hasta de 90x90cm) aunque pueden cortarse a la medida deseada volviendo a sellar sus extremos. Si se envasa al vacío (acoplándole una válvula y un bombín) resultan ideales tanto para el transporte -reduciendo considerablemente el volumen e impidiendo fugas de olor- como para la conservación a largo plazo.

Las bolsas de envasado al vacío suelen ser de plástico para uso alimentario e ir acompañadas de su propio sistema para la extracción del aire.

Los sprays de conservación han puesto al alcance del cultivador el uso gases no tóxicos similares a los utilizados en las bolsas de lechuga cortada, aperitivos etc que actúan desplazando el oxígeno para proporcionar una atmósfera de conservación de los principios activos que frena la degradación producida por la oxidación propia de oxígeno. Pueden resultar muy útiles en las conservaciones a medio-largo plazo.